jueves, 24 de marzo de 2016

Sabiñánigo tuvo una fábrica de explosivos.

Cuando en 1918 nació la sociedad Energía e Industrias Aragonesas (EIA) de capital
extranjero con el objetivo de fabricar,entre otros productos compuestos cloratados, se
fijó en ella el fabricante francés,Societé Universelle des Esplosifs,propietario de la
patente para la fabricación del explosivo "cheddite".Teniendo cerca los cloratos
de EIA,el fabricante francés decidió instalar la fábrica de productos cloratados en el
termino municipal de Sabiñánigo,concretamente en el Soto de Aurín.En 1921 se
constituyó en Barcelona la Compañía Ibérica de Explosivos (CIE) con un capital
social de 510.000 ptas.
Durante la guerra civil de 1936,hubo dos directores en la fábrica (CIE),uno fue el
señor Rui y posteriormente,tras militarizar dicha fábrica de explosivos,la dirigió
el capitán CIA,que también era ingeniero.
La Compañía Iberica de Explosivos,comenzó vendiendo sus explosivos a 1.215 ptas.
la tonelada,siendo más barata que otros competidores cercanos.

EIA en los comienzos

La fábrica de explosivos

Refugio de la fábrica

Entrada exterior al refugio

Entrada interior al refugio

Pasillo interior del refugio

Restos de una vivienda entre la maleza

Muro y pared de vivienda

Suelo de una antigua vivienda

Camino frondoso hacia la fábrica

Mojón de linde EIA


A  una corta distancia de la fábrica en un terreno más alto,se encuentran los restos de la que
fue casa-castillo del director.En ella vivió el señor Rui en la época que dirigía la CIE.
Hoy en día se encuentra en ruinas,pero todavía se aprecian los bellos detalles que la adornan.
El diseño para su construcción,fue un trabajo del delineante y pintor catalán,Rafael Jutglar,
que desarrolló gran parte de su vida laboral en EIA,como delineante.
Estilista, con toques ornamentados y sola,destacaba de entre los terrenos fabriles.
Cabe destacar que cerca de esta lujosa casa-castillo,estaba ubicado un polvorín que 
custodiaba el señor Meco,años después ocupó el cargo de guarda de los terrenos y 
huertas de la"La Pardina".
Aunque el estado de conservación es lamentable,todavía se aprecia la elegante figura
de este edificio con una arquitectura de bellas lineas y mansión de grandeza en los 
aledaños de las tierras de Aurín.

La casa-castillo del director

Una de las fachadas

Detalle ornamental

Paredes interiores

Ventanas interiores

Acceso interior a otra estancia

Sótano de la casa 

Otra imagen del sótano

Fachada derecha

Fachada izquierda

Escaleras de entrada

Camino de acceso inundado

Rafael Jutglar

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